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Maneras de Reducir la Preocupación Excesiva

¿Alguna vez te has sentido atrapado en un remolino de preocupaciones que parece no tener fin? La preocupación es una emoción común que suele estar vinculada a pensamientos sobre posibles problemas o dificultades. Todos la experimentamos en algún momento, pero cuando se convierte en una constante en nuestra vida, puede afectar seriamente nuestra salud mental y bienestar. En esta publicación, detallaremos las causas de la preocupación excesiva y te proporcionaré sencillas estrategias para reducir su impacto en tu vida.


Acompáñame en esta lectura para entender por qué nos preocupamos y cómo podemos tomar el control de nuestras inquietudes.


Ansiedad


¿Por qué nos preocupamos?

La preocupación como mencioné al principio es una emoción y es universal, que afecta a todos en algún momento de sus vidas. Sin embargo, cuando se vuelve excesiva o constante, puede tener efectos perjudiciales en nuestra salud mental, generando tensión y ansiedad.


Se define como el miedo a que algo salga mal en el futuro, y aunque a menudo tratamos de convencernos de que "hay que dejar de preocuparnos porque no tiene sentido" o "porque esto no servirá de nada", a menudo encontramos que es difícil detenerla. Esto se debe en parte a que la preocupación puede tener un propósito: ayudarnos a prepararnos para situaciones adversas. Sin embargo, cuando la preocupación se convierte en un hábito sin resolver el problema en cuestión, se convierte en un problema en sí misma.


La preocupación también puede ser aprendida a lo largo de la vida. En la infancia, es común que los padres nos enseñen a estar alerta ante situaciones peligrosas. Además, si uno de nuestros progenitores tiende a preocuparse fácilmente, podemos adquirir este hábito automáticamente. El problema surge cuando la preocupación se vuelve crónica y persistente, sin que podamos encontrar una solución.

 

La preocupación es una delgada corriente de miedo que atraviesa la mente. Si se lo alienta, corta un canal en el que se drenan todos los demás pensamientos.

-Arthur Somers Roche

 

Preocupación y el cerebro:


La preocupación excesiva es un patrón de pensamiento y respuesta del cerebro que puede desarrollarse debido a una combinación de factores, incluyendo experiencias de vida, patrones de pensamiento y desequilibrios químicos.


Los desequilibrios químicos en el cerebro, como la serotonina y la noradrenalina, desempeñan un papel fundamental en el desarrollo de la ansiedad y la preocupación excesiva. Como mencioné en una publicación anterior, titulada ¿Qué hacer para aumentar los niveles de serotonina y disminuir la ansiedad? la serotonina está relacionada con el bienestar, el equilibrio emocional, la risa, el apetito, la libido y desempeña un papel importante en la regulación del ciclo de sueño-vigilia. Por otro lado, la noradrenalina está vinculada a la respuesta al estrés, el aprendizaje y la activación del sistema nervioso simpático. Un desequilibrio en los niveles de estos neurotransmisores puede influir en la calidad del sueño, el estado de ánimo, la ansiedad y, por lo tanto, contribuir a la preocupación.

Además, la preocupación constante por detalles mínimos de la vida cotidiana puede tener efectos negativos en el cerebro, interfiriendo con procesos cognitivos como la memoria, concentración, toma de decisiones y la comprensión de información básica.


¿Qué hacer para reducir las preocupaciones?

  1. Práctica de la respiración consciente: La respiración consciente es una técnica eficaz para reducir el estrés. Inhala profundamente, retén el aire por un momento y exhala lentamente. Esto puede ayudarte a calmar la mente y reducir la ansiedad.

  2. Elabora una lista de preocupaciones: Tómate el tiempo necesario para reflexionar sobre cada preocupación. Define claramente cuál es el problema subyacente en cada una de ellas. Esto te permitirá abordarlas de manera más efectiva.

  3. Emplea técnicas de distracción: Practicar actividades que requieran concentración, como crucigramas, rompecabezas o recitar poemas, puede ayudar a distraer la mente de las preocupaciones excesivas, proporcionando un alivio temporal.

  4. Establecer límites de tiempo para la preocupación: Dedica un momento específico del día para preocuparte y reflexionar sobre tus inquietudes. Luego, intenta dejar de pensar en ellas durante el resto del día. Esto puede evitar la rumiación constante y contribuir a una mente más tranquila.

  5. Practicar la atención plena: La atención plena te permite observar tus pensamientos sin juzgarlos ni luchar contra ellos. En lugar de tratar de cambiar tus pensamientos, obsérvalos como si fueran nubes pasando en el cielo. Esto te ayuda a desarrollar una relación más saludable con tus preocupaciones, disminuyendo la reacción automática y reduciendo la ansiedad asociada con ellas.

  6. Comparte tus preocupaciones: Hablar sobre tus preocupaciones con amigos, familiares o un profesional de la salud mental puede ayudarte a obtener una perspectiva más clara, encontrar soluciones y planificar acciones para abordarlas.

La preocupación excesiva es un patrón de pensamiento que puede desarrollarse debido a diversos factores, pero es importante saber que se puede cambiar. Con técnicas adecuadas, por ejemplo, con la terapia cognitivo-conductual y la atención plena. Si es posible modificar estos patrones y reducir la preocupación excesiva, no estas solo (a). Estas estrategias pueden ayudar a recuperar el control sobre tu mente y mejorar tu bienestar emocional.


Que las aves de preocupación y cuidado vuelen sobre tu cabeza, eso no puedes cambiarlo, pero que construyen nidos en tu cabello, eso puedes evitarlo.

-Proverbio chino



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